jueves, 5 de julio de 2012

Homenaje a la Alicia de Lewis Carroll


Una cubierta antigua, de cuando no había e-books.

Con motivo del 150º aniversario de Alice's Adventures in Wonderland, el regalo que nos hizo Lewis Carroll, ACEtt propuso a modo de concurso la traducción de un famoso poema que contiene un acróstico con el nombre de la niña que, según afirman algunos, inspiró al escritor el personale de su famoso relato fantástico: Alice Pleasance Liddell (el nombre puede leerse tomando la letra inicial de cada verso del poema).

El poema original en cuestión es este:

A boat beneath a sunny sky,

Lingering onward dreamily
In an evening of July—

Children three that nestle near,
Eager eye and willing ear,
Pleased a simple tale to hear—

Long has paled that sunny sky:
Echoes fade and memories die.
Autumn frosts have slain July.

Still she haunts me, phantomwise,

Alice moving under skies
Never seen by waking eyes.

Children yet, the tale to hear,

Eager eye and willing ear,
Lovingly shall nestle near.

In a Wonderland they lie,

Dreaming as the days go by,

Dreaming as the summers die:

Ever drifting down the stream—

Lingering in the golden gleam—

Life, what is it but a dream?

Y aquí está mi contribución al concurso. No gané (aquí podéis ver la traducción ganadora), pero le dediqué un rato y me lo pasé la mar de bien intentando cuadrar la rima y el endiablado acróstico. Últimamente he traducido poesía pero de manera más libre y, la verdad, no hay como la libertad para traducir poesía: como te metan un acróstico por delante y una rima consonante por detrás, estás lo que se dice bien jodido. Un faenón, vamos.

Avanza una barca bajo un cielo soleado,
Lentamente, flota con aire ensoñado,
Ido ya el mediodía de julio, superado...

Cercanas, tres niñas yacen acurrucadas,
El oído atento, un brillo en las miradas,
Por oír un simple cuento alborozadas...

Largo tiempo hace que el soleado cielo murió,
Extinguiéronse sus ecos, su recuerdo pereció
A manos del otoño aquel julio sucumbió.

Sigue ella rondándome, empero, espectral:
Alicia, que camina bajo una bóveda celestial
Nunca jamás contemplada por el ojo mortal.

Confían aún en escuchar el cuento,
El brillo en la mirada, el oído atento,
Las niñas acurrucadas en su asiento.

Intérnanse en un país de maravillas,
Día tras día sueñan sin pesadillas,
Difunto el verano, sueñan las chiquillas.

Empujada cauce abajo por la corriente...
Languideciendo en el oro resplandeciente...
La vida, ¿qué es sino un ensueño de la mente?